Alájar. Huelva
Con la misma facilidad que leo olvido lo que he leído, aunque sí recuerdo qué he leído y si me gustó o no. Lo que no suelo olvidar son las circunstancias que rodearon al libro y sobre todo, si se dio el caso, la música que acompañó su lectura ( así el 2º cuarteto de Borodin me remite de inmediato a El dios de las pequeñas cosas aunque no recuerdo nada de esa novela, la banda sonora de Local hero a El corazón de piedra verde, Sinuhé va unido al disco forever and ever de Paul Mauriat o La ciudad de los prodigios al quinteto de cuerda de Schubert). Olvidar tiene la ventaja de disfrutar más las relecturas. Desde siempre también suelo "olvidar" cosas entre las páginas de los libros: billetes de transportes, fotos, entradas de conciertos o del cine, facturas...y aunque parezca una tontería es una de las cosas que me sigue haciendo preferir el papel al e-book. En un libro electrónico nunca habría encontrado un cadáver como el que me esperaba desde hace más de 20 años entre las páginas de la recientemente releída La verdad sobre el caso Savolta.
Genial la imagen y el relato. es sorprendente lo que nos puede ofrecer un buen libro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Joaquín
Qué bien lees entre líneas, Joaquín.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una imagen realmente genial y una manera de leer y recordar muy especial. A ve si lo aplico, porqué pese a disfrutar, pasado un tiempo me olvido de los detalles de la história leida.
ResponderEliminarUn abrazo Joaquin
Curiosa esa forma tuya de guardar entre líneas, así puedes encontrar estas genialidades. Tal vez debí hacer eso, en cambio mis libros están casi como de estreno, apenas los manoseo, no los marco, ni escribo, ni doblo esquinas ¡están como nuevos! cualquiera diría que no han sido leídos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Sin duda una crucial aportación a esa novela. Dicen que sin cadáver no hay crimen, y sin crimen la verdad sobre el caso Savolta sería otra bien distinta. A un tipo como Eduardo Mendoza le encantaría esta entrada.
ResponderEliminarA mi también.
Un abrazo.
Sin duda una crucial aportación a esa novela. Dicen que sin cadáver no hay crimen, y sin crimen la verdad sobre el caso Savolta sería otra bien distinta. A un tipo como Eduardo Mendoza le encantaría esta entrada.
ResponderEliminarA mi también.
Un abrazo.
DE una originalidad absoluta la de mostrarnos ese cadáver momificado de un molesto mosquito que, al parecer, no llego a chupar sangre.
ResponderEliminarUn abrazo,
Extraordinaria concurrencia, del título de tu blog a "aquello que olvide entre las hojas de mis libros preferidos.
ResponderEliminarMuy buena entrada y todo un alegato por los libros escritos. Lo suscribo.
Un abrazo