viernes, 16 de diciembre de 2016

Un cadáver entre líneas


Alájar. Huelva

Con la misma facilidad que leo olvido lo que he leído, aunque sí recuerdo qué he leído y si me gustó o no. Lo que no suelo olvidar son las circunstancias que rodearon al libro y sobre todo, si se dio el caso, la música que  acompañó su lectura ( así  el 2º cuarteto de Borodin me remite de inmediato a El dios de las pequeñas cosas aunque no recuerdo nada de esa novela, la banda sonora de Local hero a El corazón de piedra verde, Sinuhé va unido al disco forever and ever de Paul Mauriat o La ciudad de los prodigios al quinteto de cuerda de Schubert). Olvidar tiene la ventaja de disfrutar más las relecturas. Desde siempre también suelo "olvidar" cosas entre las páginas de los libros: billetes de transportes, fotos, entradas de conciertos o del cine, facturas...y aunque parezca una tontería es una de las cosas que me sigue haciendo preferir el papel al e-book. En un libro electrónico nunca habría encontrado un cadáver como el que me esperaba desde hace más de 20 años entre las páginas de la recientemente releída  La verdad sobre el caso Savolta.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Más falsa que un Judas


Almería

No es mi intención engañar a nadie: el puerto, con su faro y el buque que se va, es el de Almería, pero al atardecer. Me entretuve jugando un poco, y al hacer el día noche esos reflejos del sol pedían a gritos una luna, y encontré en mi archivo esta luna sevillana